Cultura Trincheras, civilización prehispánica de México

Actualizado el 20 septiembre, 2023

La cultura Trincheras corresponde a una civilización prehispánica que se estableció en el desierto de Sonara, México. Lograron desarrollarse y establecer canales de comercialización con otras culturas mesoamericanas que tuvieron influencia en su evolución. En esta oportunidad le invitamos a conocer todo sobre esta cultura.

CULTURA TRICHERAS

Ubicación de la cultura Trincheras

La cultura Trincheras es reconocida como una rama de la cultura ancestral Hohokam, ha sido ampliamente estudiada y a través de los hallazgos arqueológicos se ha podido identificar que sus pobladores tuvieron una expansión territorial que abarca cuatro sistemas ecológicos diferentes.

El desarrollo y evolución de la cultura Trincheras tuvo presencia en zonas cuyo sistema fluvial se encuentra establecido entre los ríos Magdalena, Altar, Asunción y Concepción, también se establecieron en un sistema costero en la región de la desembocadura del río Concepción y en el interior del continente, alejados de ríos y costas.

El arqueólogo Thomas G. Bowen, estudioso investigador de la cultura Trincheras señaló una delimitación que abarca al Cerro de Trincheras, en donde se encontró un número importante de yacimientos arqueológicos correspondientes a esta civilización, la importancia de estos hallazgos y su cantidad fue lo que le confirió el nombre a esta cultura. Esta primera delimitación pertenece al municipio Trincheras del estado de Sonora, en México.

Otro de los hallazgos importantes contentivos de piezas de cerámicas, entre otros artículos, los ubica en las cuencas de los ríos Concepción, Magdalena y Altar. Estos hallazgos permiten entonces localizar a la cultura Trincheras en las áreas fluviales, costeras y continentales.

CULTURA TRICHERAS

Adicionalmente, la geomorfología de la zona de expansión y establecimiento de la cultura Trincheras en la llanura ubicada entre la Sierra Madre Occidental y el Golfo de California, permiten identificar un uso de los recursos hídricos que aseguraba la permanencia de estos pobladores. Incluso existen evidencias que respaldan su existencia en Arizona, al norte de Nuevo México y al sur del río San Miguel.

Historia

Los cerros volcánicos del Desierto de Sonora, ubicados al noreste de México y en la parte sur de Arizona, constituyen el lugar ideal para comenzar a  conocer la historia de esta cultura prehispánica, quienes realizaron un gran trabajo para establecerse en esta zona de clima hostil. Sin embargo, sigue siendo un gran misterio la razón de seleccionar a esta región para establecerse.

Siendo el Cerro Trinchera uno de los lugares arqueológicos que más información ha arrojado, los estudiosos de la cultura no terminan de llegar a un acuerdo consensuado que explique el por qué de la elección de este lugar aislado.

A pesar de haber estudios que hablan de la zona arqueológica desde hace más de 100 años, en realidad es que las investigaciones más detalladas en búsqueda de respuestas se realizaron en los años 90. Dichos estudios permiten inferir que el Cerro Trincheras fue seleccionado por la cultura Trincheras porque les permitía desarrollar la agricultura, les servía para la defensa y además era un buen lugar para llevar a cabo sus rituales.

Los registros más antiguos sobre el Cerro Trincheras corresponden al siglo XVII y los primeros estudios referían que en este lugar se encontraban los límites de las culturas Mogollón o Hohokam, por lo que surge la hipótesis de que los Trincheras pudieran ser la expansión de una cultura mesoamericana.

Por otro lado, la continuidad de los estudios y la cantidad de materiales encontrados en la zona permiten inferir otro tipo de uso y desarrollo de la cultura. Al respecto, existen hipótesis que cuestionan que el Cerro Trincheras haya sido un centro principal y tienden a definirlo como el lugar de una aldea poco desarrollada de la cultura Hohokam, que buscaba acostumbrarse o expandirse en la región.

Los hallazgos y estudios de los años 90 proporcionan una relación más elaborada, identificando el lugar como un espacio de guerra y defensa, en donde las terrazas eran más una estrategia que un espacio de cultivo, sin embargo, es necesario conocer más y estudiar en profundidad para corroborar esta hipótesis.

En los primeros siglos de la época común, los pobladores de las culturas establecidas en la cuenca del río Concepción desarrollaron la cerámica, esto marcaba el final del período de Agricultura Temprana y daba paso a la cultura Trincheras, hay evidencias que demuestran que esta cultura se extendió al este hasta el río San Miguel, al noreste hasta el río Santa Cruz y al sur hasta Puerto Libertad.

CULTURA TRICHERAS

El reconocimiento de esta cultura se fundamenta en su cerámica pintada y en las terrazas construidas como base para sus viviendas. Los estudios permiten hacer una cronología histórica en la que se reconocen 4 fases:

  • La primera se ubica 500 años antes de Cristo con comunidades agrícolas, posteriormente se estima que en el año 200 después de Cristo existió una fase llamada Arcaico tardío.
  • La segunda fase es reconocida con la elaboración de las cerámicas de color púrpura sobre rojo, se estima en un período entre los 200 y 800 años después de Cristo.
  • La fase tres es ubicada en los años 800 a 1.300 después de Cristo, en ella se desarrollan aldeas y comienzan a ser ocupados los primeros cerros.
  • En la fase 4, estimada entre los años 1.300 y 1.450 después de Cristo, se produce un cambio drástico en el que se detiene la producción de cerámicas y comienza la construcción del Cerro trincheras. Los reportes estudiados del siglo XVII indican que esta región se encontraba habitada por Pimas y Pápagos, por lo que se supone que estas etnias sean descendientes de la cultura Trincheras.

El grupo humano que desarrolló la civilización Trincheras se dedicaba a la agricultura, la cual era acompañada por la recolección y la caza para suplir las necesidades. Las investigaciones arqueológicas permiten inferir que la cultura Trincheras mantuvo una sólida relación con la cultura de Paquimé, la cual se encontraba en el área de Mogollón.

Aún cuando el área de la cultura Hohokam estaba más cerca, se asentaron en pleno desierto de Sonora, pero estratégicamente eligieron las lomas bajas de origen volcánico que les permitían un mejor aprovechamiento del agua.

Asimismo estos cerros les proveían una serie de insumos que eran utilizados en la elaboración de herramientas, servían de residencia, espacios rituales, de observación astronómica, de resguardo, de siembra y de defensa. Adicionalmente, la construcción de terrazas unidas a través de rampas permitía la comunicación y el traslado entre los diferentes niveles destinados a una acción específica.

Estadio I: Fase Atil

Cuando se realiza el análisis de la información disponible sobre los diferentes estadios de la cultura Trincheras es posible confundirnos un poco, debido a que los distintos estudiosos tienden a sobreponer los períodos cronológicos en algunas ocasiones.

El Estadio I también es conocido como Fase Atil, que según McGuire y Villalpando corresponde al estadio II de Bowen, esto se debe a los diferentes criterios utilizados para determinar la cronología de los estadios, así como los sitios en donde se desarrollaron los estudios arqueológicos.

Lo que sí está muy claro, es que la cultura Trincheras se inicia con el desarrollo de la alfarería, la cual adoptaron de la cultura Cochise, que fue una cultura paleo-americana que se desarrolló en la zona centro-occidental de América del Norte, cerca del lago Cochise, de allí su nombre.

 cultura trincheras

Esta área donde se establecieron los Cochise es hoy en día un desierto conocido con el nombre de Playa Willcox y que forma parte de Arizona y Nuevo México. En los espacios estudiados por Bowen abundaban las lascas de rocas y herramientas elaboradas con piedra, que datan esta fase con los últimos siglos que anteceden al inicio de la era cristiana.

Por su parte, McGuire y Villalpando coinciden con la evidencia arqueológica para la fase I, no obstante que la datan entre los años 200 y 800 después de Cristo.  La mayoría de las evidencia se encuentran en la costa y en el interior de la región Trinchera.

En síntesis, la fase Atil se caracteriza por la elaboración de cerámica trincheras lisa y trincheras púrpura sobre color café, también por la construcción de pequeñas aldeas de casas en fosos y por la presunción de la práctica agrícola.

Estadio II

Este estadio II es la Fase 2 de Bowen, debido a que la fase I es un período pre-cerámica según este estudioso. Bowen señaló que la fase II puede caracterizarse por los restos arqueológicos pertenecientes a la cultura Cochise, lo cual es acompañado por las apreciaciones de McGuire y Villapando.

Estadio III

Para definir la fase III de la cultura Trincheras se puede notar el desarrollo de una alfarería mejor elaborada, se presume que la calidad de la cerámica Trincheras surge del intercambio cultural con otras etnias vecinas, un ejemplo de ello corresponde a los hallazgos de la cerámica púrpura sobre rojo. También se evidencia la elaboración de artefactos propios de la región, que tienen la influencia de la cultura Hohokam, establecida en la cuenca del Gila y el Colorado.

Lo anteriormente dicho se sustenta en la presencia de puntas de proyectil, la elaboración y modificación de metates acanalados, inclusión de adornos de piedra y conchas en sus ornamentos. Por otro lado, hay una nueva manera de realizar los rituales funerarios, que también marca un hito en la fase III, como es el uso de agujeros para estos rituales, lo que modifica e incluye nuevas manifestaciones culturales.

La construcción de los cerros de las Trincheras es otro punto importante de esta fase, ya que se ubicaron lejos de los arroyos y es posible que solo fueran utilizados hasta ese tiempo como un lugar de ceremonias. Esta etapa o fase III de la cultura Trincheras se establece a partir del año 800 después de Cristo.

Estadio IV

Este estadio también se conoce como la etapa álgida de la cultura trincheras, el trabajo en tallas y lajas de piedra comienza a ser desplazado por la elaboración de cerámicas. En las piezas arqueológicas encontradas que permiten definir este período, se puede identificar la inclusión de trozos de barro en la mezcla de cerámica. Esta técnica fue utilizada por la cultura Hohokam, por lo que se identifica un intercambio cultural.

CULTURA TRICHERAS

También existe una evolución en la construcción de las viviendas, que para este período presentan mayor tamaño, su ubicación se desplazó hacia las mesetas de la región, construyendo y desarrollando totalmente las Trincheras. Esto permite inferir que la población tuvo un aumento notable, que influyó tanto en el tamaño de las viviendas como en su ubicación. Se estima el establecimiento de esta fase en el año 1.300 después de Cristo.

Período Protohistórico

Primero debemos señalar que este es un término arqueológico que se utiliza para definir una fase que se encuentra ubicada entre el final de la prehistoria y el comienzo de la historia antigua. Aunque este período en la historia de la Cultura Trincheras se desconoce, se supone con base en los análisis arqueológicos que la civilización se pudo haber extendido hasta el siglo XIV.

Lo anterior es sustentado en el hecho de que no se cuenta con evidencias climáticas, de invasiones o epidemias que pudieran acabar de manera drástica con la cultura Trincheras, sin embargo se identifica un período sin información que no permite determinar con exactitud la pérdida de la civilización y la razón. De lo que sí se tiene evidencia, es que al momento de la llegada de los españoles en la región donde se había establecido la cultura Trincheras, se encontraban habitando los Pimas.

Espacios arqueológicos de la cultura Trincheras

En los últimos años se ha venido discutiendo sobre la importancia y el impacto que pueden tener sobre la cultura de los pueblos, los sitios que han servido para el estudio arqueológico de las culturas ancestrales.

Sin embargo, aquellos lugares del mundo donde se ha tenido la experiencia de desarrollar un turismo arqueológico, no han contado con el acompañamiento de políticas gubernamentales que permitan el desarrollo sustentable de la iniciativa, que además ayude en el desarrollo endógeno de lugares que son marginales, pudiéndose convertir este tipo de iniciativas en un motor de desarrollo sustentable.

En este orden de ideas el Cerro de Trincheras en Sonora, luego de varias décadas de investigación, fue designado como un lugar que puede abrirse a la visita pública, motivo por el cual en él converge la participación de varias instancias gubernamentales.

Con la finalidad de que el lugar no se convierta en un sitio turístico más, se han realizado estudios que permitan un modelo interpretativo que produzca un impacto positivo en la población local y que el Estado se involucre en la preservación del patrimonio cultural. Además de entregar el conocimiento a propios y visitantes, mientras disfrutan del sitio arqueológico.

Dentro de los elementos que ofrecen estos espacios se encuentran las 900 terrazas de la ladera norte, algunas de ellas ubicadas a más de 100 metros de altura. También se encuentran dos estructuras arquitectónicas identificadas como La Cancha y El Caracol, las cuales se presume que eran utilizadas con fines rituales. El Caracol se encuentra en la cima del cerro principal, mientras que La Cancha es un espacio comunitario ubicado en la base de la ladera norte.

Para realizar la visita a este espacio arqueológico se debe participar en el recorrido introductorio, donde las personas pueden conocer sobre el desarrollo de la cultura de los primeros pobladores y la tradición arqueológica de Trincheras. Este recorrido se lleva a cabo a través de un sendero en el que se pueden observar los puntos de interés. Esta actividades definitivamente promueven y fomentan el cuidado por el Patrimonio cultural.

CULTURA TRICHERAS

Cerro de Trincheras

El cerro Trincheras es uno de los centros arqueológicos de mayor tamaño y fue testigo silente en el desarrollo de una de las culturas ancestrales prehispánicas que se identificó con el mismo nombre, por supuesto nos referimos a la cultura Trincheras. Es un lugar en verdad interesante e impresionante, pues se trata de un cerro volcánico, que como hemos señalado se encuentra  al suroeste de Estados Unidos y al norte de México.

El cerro Trincheras sirvió de asentamiento para el desarrollo de una de las más importantes civilizaciones mesoamericanas, que implementó la agricultura en sus tierras como medio de subsistencia. En este sentido, la estructura natural del cerro fue ampliamente modificada por la evolución de la cultura Trincheras, a través de la construcción de terrazas que sirvieron de vivienda, para la siembra, para rituales y también para la defensa de su población.

Es un lugar que impresiona al verlo, ya que en él se pueden reconocer más de 900 terrazas. Los muros fueron construidos con piedras colocadas unas sobre otras sin utilizar ningún tipo de cementante, los cuales varían en alturas que pueden alcanzar los 3 metros.

Se identifican 3 estructuras importantes que sobresalen del cerro Trincheras, estas son: La Cancha, que se encuentra en la base del cerro, El Mirador que fue un espacio utilizado por un grupo élite de esta población y por último la Plaza Caracol, que se encuentra en la parta alta o cima del cerro y es una estructura en forma de espiral.

Círculos de la Cantera

Los círculos de la cantera constituyen una formación rocosa que se presume tuvo su origen en la erupción de los volcanes, se caracteriza por presentar una serie de pliegues y agujeros que le dan una forma y estructura particular.

En este lugar también se encuentran evidencias de la cultura Trincheras, aunque los estudios arqueológicos aún no han arrojado información que permita decir con certeza para qué era utilizado este espacio, se presume que esta civilización lo usaba para estudiar la astronomía y realizar rituales religiosos, en este lugar también se pueden observar algunas figuras talladas.

Petroglifos de La Proveedora

Los petroglifos de la cultura Trincheras ofrecen abundante información sobre sus costumbres, rituales, accesorios utilizados y más. La mayoría de ellos se encuentran en el Cerro La Proveedora, en donde se puede identificar gran cantidad de tallados en piedra que muestran cómo percibían la abundancia y fertilidad de la tierra, la cual era expresada a través de sus glifos de animales preñados.

También se identifican las figuras humanas con tocados en sus cabezas, los cuales llevan flechas, lo que permite inferir que estas formaban parte de los adornos que eran utilizados por la cultura Trinchera. Asimismo se puede reconocer que no solo se dedicaban a la agricultura como medio de subsistencia, sino que la cacería formaba parte de las actividades que les permitía proveerse de pieles y alimento.

Es oportuno decir que no se evidencia un tipo o tamaño específico de roca para la elaboración de los glifos, mientras que una característica resaltante de sus figuras es que los lomos de los animales son rectos, al igual que sus patas. En La Proveedora, también se encuentran petroglifos que están formados por una serie de puntos que pueden estar referidos a la observación del ciclo lunar.

Religión

La cultura religiosa de la civilización Trincheras estaba dirigida a la creencia de dioses de la muerte, este hecho se fundamenta en el hallazgo de fosas crematorias en las cuales eran colocadas grandes ofrendas. Los rituales eran dirigidos por personas específicas, como chamanes o sacerdotes, los cuales también tenían una jerarquía diferenciada dentro de la estructura social.

El color rojo es distintivo en las zonas que eran destinadas a los rituales y ceremonias religiosas, sus muertos eran incinerados y luego eran enterradas sus cenizas. Las prácticas religiosas pueden variar entre las culturas mesoamericanas, sin embargo podemos identificar una característica común, como es la utilización de los cerros o montes para ubicar los lugares ceremoniales, se supone que se debe a su atributo dispensador de agua, lo cual era motivo suficiente para obtener la veneración de los pueblos.

cultura trincheras

El conocimiento de la astronomía y otros fenómenos naturales asociados al ciclo del agua y su relación con el desarrollo de los cultivos, era venerados y representado por un lenguaje mitológico religioso, que lograba unir la forma de pensamiento de las culturas ancestrales.

La expresión religiosa de los fenómenos reconocidos entonces originaba una serie de rituales, que tenían la finalidad en algunos casos de asegurar las lluvias suficientes para que los sembradíos fueran productivos y esto se reflejaba en abundancia.

El culto a los dioses de la muerte, así como una veneración a los ciclos de la lluvia, es una demostración de la observación de los ciclos meteorológicos por parte de los miembros de esta cultura. El reconocimiento de las estaciones secas y de lluvias, el ciclo del crecimiento de sus cultivos y el rol que juega la presencia del Cerro Trinchera como generador de nubes y lluvia, también está asociado a lo mítico y religioso de la cultura.

Organización social de la cultura Trincheras

La cultura Trincheras muestra una organización social muy parecida a la cultura Hohokam, la cual se caracteriza por tener una jerarquización de la sociedad. La presencia de joyas con grandes detalles, de gran tamaño y la cantidad encontrada en sitios arqueológicos específicos de las zonas donde se estableció la cultura, permite identificar la presencia de personajes con un papel preponderante o de liderazgo, como por ejemplo los chamanes.

Al respecto, la zona conocida como El Mirador se puede identificar como un lugar destinado a personas de alta jerarquía. Así que se dividían en diferentes estratos sociales, los cuales eran ubicados y diferenciados en las grandes paredes de piedra que rodeaban a su pueblo.

Si este artículo ha sido de su agrado, le invitamos a continuar la lectura a través de los enlaces: